El Papa Francisco, como usted sin duda ya está enterado, ha convocado a un Sínodo Extraordinario de Obispos en el Vaticano que se llevará a cabo del 6 al 19 de octubre del 2014. El proyecto inicial, o lineamenta, se distribuyó ampliamente el otoño pasado, para que cualquier persona en la Iglesia que quisiera estar involucrada hiciera sus comentarios. Aquí en la Arquidiócesis, literalmente cientos de católicos optaron por hacerlo. Todos los comentarios, a nivel mundial, fueron reunidos para formar la base del Instrumentum Laboris, que servirá como agenda para este histórico encuentro en octubre donde participarán Obispos, sacerdotes, hombres y mujeres consagrados y fieles laicos. La lista de participantes fue publicada hace dos semanas e incluye a varios americanos.

Este Sínodo Extraordinario será seguido por el Encuentro Mundial de las Familias 2015, programado para septiembre 25 al 27 del 2015 en Philadelphia. El tema de este encuentro es “El amor es nuestra misión: la Familia Plenamente Viva.” El Papa Francisco ya ha indicado que planea hacer su primer viaje a los Estados Unidos de América para asistir a este encuentro.

En Octubre de 2015, un Sínodo Ordinario será convocado para seguir discutiendo acerca del mismo tema y, a partir de esta discusión, será escrita una Exhortación Apostólica por el Papa.
Ya el pasado febrero, el Papa Francisco escribió una carta abierta dirigida a todas las familias en la Iglesia, anunciando los planes anteriores y pidiendo a las familias sus fervientes oraciones para el éxito de este encuentro. Él dijo, “Me gustaría, por así decirlo, entrar en sus casas” para hablar acerca de estos eventos.

El papa cree que el llamado de la iglesia de hoy es “proclamar el Evangelio enfrentando las nuevas y urgentes necesidades pastorales que enfrenta la familia.” Acerca de esta Asamblea Sinodal, el Papa confesó, “está dedicada  de una manera especial a usted, a su vocación y misión en la Iglesia y en la sociedad, a los desafíos del matrimonio, de la vida familiar, de la educación de los hijos, y del papel de la familia en la vida de la Iglesia.

Nosotros sabemos que es en la familia donde primero los niños aprenden del gran amor de Dios por ellos. Sienten que son amados y saben que tienen un valor propio a través de la relación con sus padres. Aprenden como devolver ese amor al ver a su padre y a su madre amarse el uno al otro.  Junto a sus hermanos, ellos aprenden a valorar la importante conexión entre derechos y responsabilidades, entre el respeto personal y el respeto por los demás.

Es en la familia donde ambos, padres e hijos, aprenden que “las familias que oran juntas, permanecen unidas.” Aquí, el valor de la Misa Dominical no puede ser pasado por alto. Pero también la familia es una academia de oración en otras situaciones y contextos, como por ejemplo, las oraciones antes y después de las comidas, el rezo del rosario en familia y leer la Biblia. En todos estos contextos, y más, la familia crece en su conocimiento de la presencia de Dios. Y una cultura de oración debe también ser complementada con una preocupación por el pobre, el enfermo y los necesitados. Es también esencial que los niños aprendan que ser “católico” sigifica nunca cerrar la puerta a un hermano o hermana en necesidad.

Espero que tomemos muy en serio la solicitud del Papa Francisco para que oremos por el éxito de este Sínodo Extraordinario en este mes de octubre. Pidamos al Espíritu Santo que guíe al Papa y a cada uno de los participantes en este importante encuentro.

¡Dios los ama!