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Saint Paul
Tuesday, April 16, 2024

La unidad con Roma y entre nosotros

Archbishop Bernard Hebda
Pope Francis presents Archbishop Bernard Hebda with his pallium at the Vatican June 29, the feast of Sts. Peter and Paul. L’Osservatore Romano
Pope Francis presents Archbishop Bernard Hebda with his pallium at the Vatican June 29, the feast of Sts. Peter and Paul. L’Osservatore Romano

El 29 de junio, tuve el privilegio de toda una vida — la oportunidad de concelebrar con el Papa Francisco en la Basílica de San Pedro en el Vaticano para la Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo.

Había invitado a los 25 arzobispos que él había nombrado en el transcurso  del año pasado a estar presentes para la bendición del palio, la estrecha franja de tela que  usa un arzobispo sobre la casulla como un indicador de su cargo como arzobispo metropolitano. Aunque a menudo pensamos en el palio como un signo de autoridad, la estola de lana sirve igualmente como un recordatorio al arzobispo que él tiene que ser imitador del servicio humilde del buen pastor, que carga a la oveja perdida o lastimada.

Al llevar el palio, por otra parte, el arzobispo manifiesta la unidad que comparte con el Papa, el sucesor de Pedro. Será su oportunidad para expresar que la Iglesia Católica en su provincia es uno con la Iglesia de Roma. Podemos hablar un idioma diferente y nuestras liturgias en ocasiones pueden reflejar las variaciones locales, pero somos esencialmente la misma Iglesia — la Iglesia fundada por Cristo y construida por los apóstoles.

La liturgia en San Pedro era en sí misma una maravillosa expresión de la unidad y la diversidad. Oramos algunas de las oraciones en nuestro lenguaje común eclesial, latín, pero también hizo un buen uso de inglés, francés, español, portugués, polaco y alemán, y de otros idiomas. El arzobispo a mi derecha era de Cuba y a mi izquierda era de Brasil. La basílica estaba llena de fieles de todo el mundo, todos unidos en torno al Papa  Francisco y la Iglesia local de Roma, consagrados por la sangre de los mártires, Pedro y Pablo.

De vuelta en nuestra provincia — que consiste de las diócesis de Minnesota, Dakota del Norte y Dakota del Sur — nuestra misión es fortalecer y proteger la unidad de la Iglesia, para que juntos podamos dar un testimonio creíble del Evangelio.

En las sesiones de escucha que se realizaron a lo largo del arquidiócesis en el transcurso del año pasado, escuchamos muchas veces acerca de nuestra diversidad, de ser a la vez un gran regalo y un gran desafío. Automáticamente, entendemos que la unidad y uniformidad no son la misma cosa. Tiene que haber lugar para la adaptación y las diferencias de cultura y tradición. San Agustín, el cuarto obispo de Hipona, lo dijo muy bien cuando pidió “en lo esencial, unidad; en los asuntos dudosos,  libertad; en todas las cosas, caridad.”

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En las dos breves conversaciones que tuve ese día con él Papa Francisco, sentí el gran amor y estímulo de el para nuestra Iglesia local, mientras asumía su papel de fomentar la unidad. Me gustaría poder ofrecer el mismo estímulo a nivel local y espero que ustedes sean pacientes a medida que aprendo cómo hacerlo mejor.

Mientras el Papa Francisco predicó acerca de la oración de ser “la respuesta” de las circunstancias extremadamente difíciles, no podía dejar de pensar que él, el sucesor del apóstol mismo cuya liberación milagrosa de la cárcel fue relatada en la primera lectura de la Misa de ese día, estaba hablando directamente de nuestra experiencia en la arquidiócesis. El Papa hizo hincapié en la importancia de poner a un lado el miedo a través de la oración — “una humilde encomienda a Dios y su santa voluntad” — para que podamos permitir que el Señor abra para nosotros el futuro sorprendente y liberador que él desea, un futuro para imitar a San Pedro y nuestro patrón, San Pablo, en “salir al servicio del Evangelio.” A medida que trabajamos para promover un espíritu de unidad en nuestra comunidad y entre las parroquias de nuestra arquidiócesis y mientras luchamos por liberarnos de los presentes enredos que a veces parecen  detenernos de hacer la obra del Señor, vamos a no olvidar que tenemos un Dios que trae la libertad en respuesta a las oraciones de su comunidad.

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