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Saint Paul
Friday, April 19, 2024

Durante el Año de Misericordia, orar y ayunar para que termine la violencia

Bishop Andrew Cozzens

Editor’s note: Due to changes in Bishop Andrew Cozzens’ column, the following isn’t an exact translation.

A petición de Nuestro Santo Padre Francisco la Iglesia universal está a punto de embarcarse en un año de  Misericordia. Como cada año jubilar será una gran oportunidad de gracia para nosotros entrar en una experiencia más profunda del amor de Dios. Como ha dicho el Papa Francisco, “ Es mi deseo, en efecto, que el Jubileo sea experiencia viva de la cercanía del Padre, como si se quisiese tocar con la mano su ternura, para que se fortalezca la fe de cada creyente y, así, el testimonio sea cada vez más eficaz.”

No ajeno a la necesidad de un Año de la Misericordia, los obispos de Minnesota han estado reflexionando sobre la necesidad de todos nosotros para orar y ayunar, en particular para ayudar a poner fin a la violencia en nuestra cultura, especialmente la violencia que destruye inocentes  vidas humanas.

Todos nosotros hemos sido escandalizados profundamente por los videos producidos sobre la organización “Planned Parenthood,” que ha mostrado sus empleados discutir cruelmente el uso e incluso la venta de partes del cuerpo de bebés inocentes. Estas discusiones son tan impresionantes que son muy difíciles de ver. Ellos han hecho de nuevo realidad el horror del aborto para todos nosotros.

Como dijo el Papa Francisco, “La tragedia del aborto es experimentada por algunos con un conocimiento superficial, como si no se dieran cuenta del daño extremo que tal acto implica.” El Papa Francisco también señala que muchas veces las mujeres eligen el aborto porque sienten que no tienen otra alternativa, y él quiere que ellas experimenten el poder del perdón de Dios.

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Por esta razón, el Papa Francisco ha concedido a todos los sacerdotes, en este Año de la Misericordia la facultad de absolver el pecado del aborto. Anteriormente el aborto ha sido un “pecado reservado” con el fin de resaltar su importancia en nuestra cultura que lo toma a la ligera. Un pecado reservado puede requerir un permiso especial del obispo a un sacerdote para absolverlo, pero durante el Año de la Misericordia este no será el caso.

Sin embargo el aborto no es el único acto de violencia que hemos visto contra la vida humana inocente. También hemos sido escandalizados por los actos atroces de ISIS en contra de nuestros hermanos y hermanas en Cristo en el Medio Oriente. Muchos han sido expulsados de sus hogares, y algunos de ellos brutalmente asesinados por negarse a renunciar a su fe. Y la violencia insensata de ISIS no se limita a los Cristianos, sino que incluye muchas otras víctimas inocentes.

Y nosotros no tenemos que mirar al otro lado del océano para encontrar actos de violencia insensatos. A menudo parece que permanecemos inmóviles en casa preguntando donde va a pasar el próximo tiroteo escolar o de un centro comercial o cuando será el próximo suicidio en nuestra comunidad.

Y para ser honestos, no tenemos que mirar nada más en nuestra cultura, sino que sabemos que ha habido violencia aún en la Iglesia. Somos dolorosamente conscientes de la violencia cometida incluso por sacerdotes contra los jóvenes. Pero siempre debemos recordar orar por la sanación de las víctimas de esta violencia.

A la luz de estas profundas luchas en nuestra cultura y nuestra Iglesia, me gustaría proponer una iniciativa especial en nuestra arquidiócesis para los próximos meses del Año de la Misericordia.

Nos gustaría dedicar los Primeros Viernes de este Año de la Misericordia para orar por el fin de la violencia contra la vida humana. La Oficina de Matrimonio, Familia y Vida anunciara actividades especiales en diversas parroquias los Primeros Viernes de cada mes comenzando el 4 de diciembre hasta el 6 de mayo. Pronto habrá un sitio web de la Arquidiócesis para el Año de la Misericordia, donde usted podrá encontrar toda esta información.

Yo los invito a todos ustedes a dedicar su propia oración y ayuno en el Primer Viernes para orar por el fin de la violencia contra la vida humana, como parte de sus actividades en el Año de la Misericordia. Usted puede considerar pasar una hora extra en una de nuestras capillas de adoración por esta intención: el fin de la violencia contra la vida humana.

Oremos para que mucha gente venga a experimentar la misericordia de Dios y busquemos maneras de ser misericordiosos, para que nuestra cultura pueda transformarse cada vez más de una cultura de violencia a una cultura de vida.

 


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